El Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes, de 2001 firmado por 127 países entre los que figura el nuestro, ha sido tratado se llevarse a cabo México sin frutos ni hojas, ni nada.
Echen un vistazo al sitio en línea del Programa Nacional de Implementación, ya conoce usted este tipo de nombres pomposos que usa nuestro gobierno; en la lista negra existen plaguicidas sintéticos formados a partir de cadenas largas de carbono con cloros pegados a ellas.
No sólo los nombres siguientes suenan peligrosos, lo son: aldrín, diedrín, endrín, heptacloro, mirex, DDT, clordano, toxafeno y hexaclorobencen, bifenilos policlorados, y hexaclorobenceno, dioxinas, y furanos. Todos prohibidos. Todos en urgencia de detener su producción y su venta… desde hace 11 años.
En México la gente y el gobierno los utilizan deliberadamente, a diestra y siniestra en campañas nacionales de salud, jardines de la secretarias de ecología y medioambiente...aya que como dice SEMARNAT: “las partes interesadas pueden hacer exenciones”, palabra utilizada para decir que se van a pasar por las bolas tan afamada convención internacional a la que fueron únicamente para pasar un rato coqueto por Suecia.
En México la gente y el gobierno los utilizan deliberadamente, a diestra y siniestra en campañas nacionales de salud, jardines de la secretarias de ecología y medioambiente...aya que como dice SEMARNAT: “las partes interesadas pueden hacer exenciones”, palabra utilizada para decir que se van a pasar por las bolas tan afamada convención internacional a la que fueron únicamente para pasar un rato coqueto por Suecia.
Si comparamos el cumplimiento de nuestro país a la multiplicidad de convenios internacionales que ha firmado nos encontraremos con una grave y negra incongruencia: México ha participado en los foros internacionales más importantes sobre contaminantes, medio ambiente y desarrollo sustentable y hasta ha sido anfitrión de algunos; ha firmado no sólo la convención de Estocolmo sino la de Río, la de Kioto y varias más; pero si comparamos lo que debería estar haciendo según sus firmas vacías con la realidad una gran interrogante queda en nuestra mente; porque aparte se han gozado de financiamientos por parte de organizaciones internacionales… o sea que ni dinero, ni investigación, ni proyectos; chile no’má y de nuevo.
Las bases legales no son lo único que debe de hacerse ni el dinero es la gran deficiencia; se necesita de conocimientos científicos y técnicos, instituciones especializadas y de expertos en la materia, así como de la correcta infraestructura para medición, manejo, tratamiento y disposición final de contaminantes. Se necesita de resultados claros, concisos y tecnocientíficos: de nada sirve tampoco que el Politécnico Nacional hayan realizado ya fructíferas investigaciones sobre descontaminación con plantas y que pocos o ningún proyecto haya sido desarrollado en el país a partir de ahí. Las universidades también deben de ser el lugar donde germinen correctamente proyectos sustentables para el país.