miércoles, 7 de septiembre de 2011

Contaminación del río Zahuapan-Atoyac (1/3)



Hablaremos de los ríos que nos preocupan, el Zahuapan y el Atoyac. Esta será la primera de tres partes.
Esta cuenca ha servido durante cientos de años como la columna vertebral de grandes y poderosos pueblos de Mesoamérica como la cultura tlaxcalteca; durante la época de la colonia el río Zahuapan junto con el Atoyac fueron alfaguara de la naciente Puebla.
Durante el paso del tiempo fueron instalándose grandes empresas exitosas gracias a las aguas de estos ríos, una de las primeras textileras fue “La Constancia Mexicana” cuyo fundador, Esteban de Antuñano, vio el potencial del río Atoyac durante la primera mitad del siglo XIX. Durante esos mismos años se fundan otras dos fábricas, éstas de hilados, instalándose en las laderas beneficiándose de la fuerza hidráulica: La Económica y el Molino de Enmedio.
Desde este momento hasta ya entrados en el siglo XX se fundan en Puebla numerosas fábricas dedicadas a la industria textil, todas ellas atraídas por la fuerza hidráulica que ofrecía el río Atoyac.
La Covadonga, fábrica fundada en 1913 llegó a considerarse como una de las más grandes de Puebla, poco después de su fundación se comenzó a generar energía eléctrica gracias a la corriente del río que corre dentro de la fábrica.
En su paso por Tlaxcala, el rio Zahuapan sufrió numerosas tomas de agua no controladas durante el transcurso del siglo XX. Pequeñas comunidades se iban asentando en las laderas de los ríos obteniendo agua formando lagunillas o jagüeyes que permitían el almacenamiento y abasto del recurso hídrico. Veamos esta confirmación del gobierno estatal a vecinos de Xochitecatitla de 1933:
“…han comprobado sus derechos al uso de las aguas de la Laguna de san Juan Molino, que existe en el municipio de Lardizábal, cuyas aguas fueron declaradas propiedad de la comunidad el día 15 de agosto de 1931.”
En Puebla, el río Atoyac sirvió como una división entre los habitantes de la ciudad. Al oriente se hallaban los centros de vivienda indígenas y del pueblo (en lo que hoy son los barrios de Xonaca, Xanenetla, El Alto, La Cruz y Analco), mientras que al poniente se plantaron villas españolas, el centro administrativo, la plaza mayor y las iglesias españolas.
Muchos industriales se sintieron atraídos para instalar en las márgenes de los río empresas e industrias: molinos de trigo, textileras, de aceite, de talavera, etc, que ocuparon la fuerza del río y la abundancia y frescura del agua en sus procesos. Esto se llevó a cabo a lo largo de los siglos XVII, XVIII y XIX.
Pero fue en los siglos XIX y XX que la contaminación fue más visible.. Durante esos años se pudo importar y fabricar productos sintéticos que aumentaban aún más los niveles de contaminación de la antes sana cuenca: productos como tintes para el teñido de telas, el uso de solventes en empresas de otros ramos instaladas en el río, y así como el aumento de la población que usaba el rio como corriente de descarga de sus desechos domésticos lograron que el delicado equilibrio se rompiera… y no, ha historia en cifras, números datos y esas cosas frías está más fea. Eso será hasta la próxima entrada.